
Las noticias que se proporcionan en los sitios de noticias chinos sobre el movimiento civil egipcio han recibido una atención secundaria. El partido comunista chino, con el pecado de Tiananmen sobre su conciencia, es "sensible" a la difusión en su territorio de movimientos de insurgencia ciudadana.
Por otra parte, el rey de Arabia Saudita, Abdallah Ibn Abdulaziz al Saud, al ofrecer su apoyo al atribulado Hosni Mubarak, acusa que los manifestantes desean desestabilizar Egipto, nación de "arabismo e Islam", con ideas extrañas:
No Arab and Muslim human being can bear that some infiltrators, in the name of freedom of expression, have infiltrated into the brotherly people of Egypt, to destabilize its security and stability and they have been exploited to spew out their hatred in destruction, intimidation, burning, looting and inciting a malicious sedition.
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