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domingo, febrero 06, 2011

Más sobre democracia e intereses vitales

Una de las grandes tensiones discursivas de la élites estadounidenses tiene que ver con la percepción que desean proyectar (en gran medida para consumo doméstico, lo que abarata el discurso) como líderes del mundo libre, exportadores de democracia y paladines de la defensa de los derechos humanos. Este deseo en la práctica se estrella con la doctrina de los intereses nacionales y de la seguridad colectiva. Es una lucha entre la fidelidad a principios en los que se funda una anhelada autoridad moral, capaz de convencer a otras naciones con ideas tendientes a lograr una mejor organización social en beneficio de los ciudadanos y no sólo con los argumentos de las armas o  de la asistencia económica interesada, frente a las necesidades que parece imporner a una potencia el lugar que ocupa en el mapa de la geopolítica.

Dicha tensión queda expresada por Dick Chenney, a quien nadie reconocería como el mayor demócrata o promotor de los derechos humanos del mundo, pero que fue vicepresidente bajo el período de George W. Bush y conoce varios de los factores que están en juego en medio oriente. En las conferencias llevadas  a cabo para conmemorar el primer centenario del nacimiento de Ronald Reagan señaló que si bien la democracia y las libertades en otros países deben ser celebradas, desde el punto de vista de los intereses de Estados Unidos no son las únicas cosas que deben tomarse en consideración. Respecto a Josni Mubarak no dudó en reconocer algo que a la luz de los acontecimientos puede llegar a ser considerada por algunos como una verdad incómoda: “He’s been a good man, he’s been a good friend and ally of the United States... We need to remember that.” Agrega al respecto:
“I think President Mubarak needs to be treated as he deserved over the years because he has been a good friend — not only of the United States, but a lot of other folks that we do business with, work with and have dealt with too. So you’re looking for a balance here.”
Esta lógica forjada en un contexto de guerra fría quizá resulta obsoleta. Si no se percibe el riesgo de confrontaciones armadas como mecanismo de solución de conflictos, la influencia de las potencias y de los bloques que han formado debe ser una que descanse en la legitimidad moral y en cierta solidez económica, eso lleva a descartar la concepción que ubica en compartimentos distintos la defensa de las libertades y de los gobiernos democráticos y a la razón de estado.

Por otra parte, Sarah Palin, después de haber sido una de las mayores críticas de las fugas de información que han trascendido a través de Wikileaks, y de llamar a Julian Assange terrorista, exige, según se desprende de la difícil lectura de su declaración, que el presidente Barak Obama informe lo que está sucediendo en los entretelones de las negociaciones que se están llevando a cabo en estos momentos para lograr una transición de poder en Egipto:
­It’s a difficult situation, this is that 3am White House phone call and it seems for many of us trying to get that informatio­n from our leader in the White House it it seems that that call went right to um the answering machine. And nobody yet has, no body yet has explained to the American public what they know, and surely they know more than the rest of us know who it is who will be taking the place of Mubarak and I’m not real enthused about what it is that that’s being done on a national level and from DC in regards to understand­ing all the situation there in Egypt. And in these areas that are so volatile right now because obviously it’s not just Egypt but the other countries too where we are seeing uprisings, we know that now more than ever, we need strength and sound mind there in the White House. We need to know what it is that America stands for so we know who it is that America will stand with. And we do not have all that informatio­n yet.
De manera involuntaria Dick Chenney esgrime algunas ideas que podrian servir para ilustrar a quien aspiró a ocupar su cargo:
“It is very hard for some foreign leader to act on U.S. advice in a visible way... If “you tell me as the president of the United States that I’ve got to do X, and you do it publicly, then if I do X, my people think I’m not my own man — I do the bidding of the Americans. It’s exactly the wrong way to go... There is a reason why a lot of diplomacy is conducted in secret. There are good reasons for there to be confidentiality in some of those communications.

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