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lunes, marzo 22, 2010

Steve Jobs o la obsolescencia del refinamiento

 

Steve Jobs, ya sea que se le considere como un visionario o como una amenaza, y existen multitudes apasionadas que defienden ambos pronunciamientos, es en nuestros días una figura determinante en la conformación del destino tecnológico de la humanidad. ¿Será igualmente visionario en otros aspectos de nuestras vidas?

El líder de Apple se pemite amplias libertades respecto de los convencionalismos sociales concernientes a la moda; es de todos conocida su imagen en tenis, jeans y un suéter negro con cuello de tortuga. Jobs demuestra que no se requiere de gran sofisticación para vestir y transmitir al mismo tiempo un estilo propio, para desmayo de diseñadores, modelos y demás que se dedican a tratar de convencernos de gastar dinero en vestimentas y accesorios. Al señalar lo anterior surge el siguiente cuestionamiento: ¿la sencillez es señal de una persona inteligente y exitosa o el éxito permite vestir con sencillez e inteligencia?

Mientras averiguamos la respuesta, tenemos a continuación una representación humorística del vestidor de Steve Jobs.



miércoles, marzo 17, 2010

Diez mandamientos para el siglo XXI


Los Diez Mandamientos, previstos en el libro Deuteronomio en la Biblia, son un conjunto de reglas que ha sido utilizado, al igual que otro tipo de preceptos provenientes de los diversos libros sagrados que se ha dado la humanidad, como inspiración y base originaria del código de normas que constituyen la moral positiva de muchos grupos sociales. Salvo algunas expresiones fundamentalistas, ya son pocos los que en nuestros días pretenden aplicar al pie de la letra lo previsto en los libros sagrados, no obstante, lo dispuesto en ellos sigue siendo material útil para la reflexion moral y filosófica.

Me gusta citar el decálogo como un ejemplo de ordenamiento que es propio de una sociedad o comunidad pre-jurídica, entendida en los términos que utiliza el teórico del derecho H.L.A. Hart, pero con alguno de los elementos de una comunidad jurídica, como sería lo que él llama "regla de reconocimiento", que en este caso guardaría semejanza con las tablas petreas de origen divino presentadas por Moisés a su pueblo. También se acomoda como ejemplo de la necesidad de interpretar de una manera flexible las disposiciones que pretenden regular la conducta humana, a efecto de que se adapten a los tiempos y contexto del caso, como sería lógico hacerlo en un grupo social que pretendiera organizarce bajo la guía de los principio de las tablas mencionadas para superar las condenas injustas que podrían recaer en quienes mataran en defensa propia, o en quienes cometieran lo que ahora conocemos como el "robo de famélico".

Siempre me ha parecido absurdo el mandamiento que ordena no desear o codiciar, entre otras cosas, a la mujer del prójimo, ¿será posible controlar los pensamientos que obedecen a instintos, por naturaleza espontáneos? , si hacemos una interpretación literal del precepto ¿podría la mujer, a diferencia de los miembros del sexo masculino, desear al hombre de su "prójima" sin preocupación alguna?; creo que parte de la respuesta descansaría en el hecho de que en los Diez Mandamientos la mujer es tratada como uno más de los objetos que pueden pasar a ser propiedad de un hombre, sujeto primordial al cual se dirigen las prescripciones del código en cuestión. Finalmente, cabe mencionar que en el decálogo no se dislumbran criterios para graduar la pena o para resolver los casos dudosos, ni se establece un procedimiento que permita superar el anquilosamiento de sus mandatos, lo que, volviendo a Hart, le impediría reunir las características estructurales propias de un sistema jurídico.

El ensayista inglés Christopher Hitchens no recurre a la teoría jurídica, pero sí a la reflexión moral, acompañada de una buena dosis de ironia para evaluar la pertinencia de los Diez Mandamientos en nuestros días. Desde mi punto de vista lo más interesante de su ejercicio es la propuesta que nos presenta de nuevo decálogo de conducta para el siglo XXI en este video producido por Vanity Fair. La moraleja: "no consumas tu moral en tabletas".

miércoles, marzo 10, 2010

La espera

No se qué, pero algo habrá de llegar
a interrumpir esta dinámica pantanosa
de la cual me deseo fugar;
quizá por la fatalidad del desenvolvimiento mundano
que frente a mi discurre, impetuoso, lozano,
pero mis ansias fenecerán, mientras tanto espero,
esperanzado, en que esta mi circunstancia
impaciente, confusa,
no le robe más a la eternidad.

lunes, marzo 08, 2010

Is it a sin?


Existen canciones sencillas que de manera quizá involuntaria hacen cuestionamientos sobre los que vale la pena reflexionar. Una de elllas es esta canción del grupo de música house Deepest Blue que hace una pregunta que me parece importante: ¿es pecado amar de nuevo? Se trata de una pieza que he recomendado a mis amigos pero aparentemente soy al único que le gusta sobremanera.

¿Es una falta o, como dice la canción, un pecado volver a amar? Llendo más al fondo, ¿porqué o bajo qué circunstancias el amor puede llegar a ser señalado como indebido o proscrito? En el contexto de la canción se trata de un súplica para rehabilitar una relación que fue descuidada, quizá apelando a romper una barrera forjada por el orgullo; en todo caso trata de despertar de su sueño un sentimiento, quizá en hibernación, pero que no tiene porqué ser reprimido si sobrevive. Rebasando el contexto de la canción, no veo porqué el amor deba ser objeto de recriminación. ¿Existe un límite en cuanto al número de veces que alguien se puede enamorar o en cuanto al número de personas de las que puede enamorarse?. La verdad es que cualquiera puede volverse a enamorar, los sentimientos no requieren permiso, ¿a quién le molesta el amor?

La respuestas que ameritan estas preguntas chocan desde luego con los convencionalismos sociales. Existen reglas que ven como símbolo de virtud la autorrepresión, en el fondo una simulación, quizá por eso hay tantos "pecadores" y señalados por los guardianes de la tradición y por quienes se arropan en estas costumbres para, contra cualquier principio que merezca el calificativo de moral, poder apropiarse de las personas y atarlas a un destino independiente de sus sentimientos. ¿Habrá que hacer una acta de declaración de la independencia de los sentimientos de las personas para que libremente se entreguen, de la manera que lo deseen, a quien quieran?

Lo más seguro es que, consecuencia del vino que en estos momentos sorbo, estoy exprimiendo demasiado de una composición con pretensiones más modestas, pero es natural que las manifestaciones artísticas surtan estos efectos "multidimensionales" sobre sus receptores, como por igual pasó a esta chica, al parecer también bajo los efectos del licor, que se vió en la necesidad de descargar su inspiración de forma distinta a la mía:
 
 

Deepest Blue fue el producto de la unión de fuerzas del vocalita y escritor Joel Edwards y del escritor-productor Matt Schartz. Si bien me gusta toda su música, propia de antros de música house y electrónica, sus canciones más conocidas han sido las siguientes: 
  • "Deepest Blue" (2003) #7 UK, # 1 Club Chart
  • "Give it Away" (2004) #9 UK, # 1 Club Chart
  • "Is it A Sin" (2004) #24 UK, # 1 Club Chart
  • "Shooting Star" (2004) #57 UK
  •  "Miracle" # 1 Club Chart
Escuché la canción por primera vez en la version del video que se adjunta, dentro de las compilaciones Hed Kandi.

martes, marzo 02, 2010

Rompiendo el espejo

Muchos comentarios han ocasionado las declaraciones de Javier Aguirre al calificar a México, en un arranque de brutal sinceridad, como un país "jodido". Imaginemos a un grupo de médicos brujos auscultando a los miembros de la aldea y que al palpar en ellos síntomas de alguna enfermedad arremeten a golpes, furiosos ante la ineficacia de sus hechicerías, contra la parte de los cuerpos de sus pacientes que los presentan; así parecen comportarse quienes se rasgan las vestiduras por las declaraciones del director de la selección nacional de futbol. ¿Que se quiere quedar en Europa al igual que su familia?, en ello no difiere de la mayoría de los mexicanos que a la primera oportunidad que se les presenta cambian su lugar de residencia por mejores oportunidades de vida y sociedades más abiertas en el extranjero. Acaso ¿sólo se puede ser "buen mexicano" en territorio nacional?