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miércoles, febrero 16, 2011

Miedo a la democracia


¿Se puede profesar amor por algo, fijarlo como modelo y al mismo tiempo tenerle terror? La congruencia indica que no pero, al igual que los políticos chinos, libios, árabes, argelinos, iraníes y otros autócratas, la derecha norteamericana se encuentra "lost in translation" respecto de los acontecimientos en Egipto, lo que pone al partido republicano sin una postura congruente, o de plano reaccionaria, frente al movimiento cívico.

Por ejemplo, el representante por Michigan Thaddens McCotter sin ofrecer argumentos en favor de su tesis, sostiene lo siguiente:
"The Egyptian demonstrations are not the equivalent of Iran's 2009 Green Revolution. The Egyptian demonstrations are the reprise of Iran's 1979 radical revolution... Thus, America must stand with her ally Egypt to preserve an imperfect government capable of reform; and prevent a tyrannical government capable of harm."
El discurso de la libertad pierde su lustre cuando los procesos políticos sólo son aceptables bajo la premisa de que reproduzcan el status quo, se trataría de una libertad condicionada y de una práctica de la política estéril. El temor al cambio privilegia más una actitud propia del conservadurismo que una doctrina democrática. Si a estas fobias se agrega un discurso que propugna una política exterior de fuerza, se vuelve turbio el entendimiento, como acontece al aspirante a la candidatura presidencial republicana Tim Pawlenty:

So when the United States of America projects its national security interests here and around the world, we need to do it with strength! We need to make sure that there is no equivocation, no uncertainty, no daylight between us and our allies around the world. The current administration doesn’t seem to understand this principle. We undermine Israel, the U.K., Poland, the Czech Republic, and Colombia, among other friends. Meanwhile, we appease Iran, Russia, and adversaries in the Middle East, including Hamas and the Muslim Brotherhood. Mr. President, with bullies, might makes right. Strength -- makes them submit. Get tough on our enemies — not on our friends. And, Mr. President, stop apologizing for our country. The bullies, terrorists and tyrants of the world have lots to apologize for. America does not.

La filosofía democrática no es compatible con la intolerancia, que se escoge como opción por Charles Krauthammer: "... under no circumstances should a presidential spokesman say, as did Robert Gibbs, that the new order "has to include a whole host of important non-secular actors." Para esta forma de pensamiento existen manifestaciones políticas exóticas que deben ser proscritas, a pesar de que se manifiesten por un gobierno secular y de libertades:
As the states of the Arab Middle East throw off decades of dictatorship, theirdemocratic future faces a major threat from the new totalitarianism: Islamism. As in Soviet days, the threat is both internal and external. Iran, a mini-version of the old Soviet Union, has its own allies and satellites - Syria, Lebanon and Gaza - and its own Comintern, with agents operating throughout the region to extend Islamist influence and undermine pro-Western secular states. That's precisely why in this revolutionary moment, Iran boasts of an Islamist wave sweeping the Arab world.
¿Cual sería la diferencia en términos democráticos si los proscritos por el gobierno de Josni Mubarak se mantienen en tal estado en el nuevo Egipto? Lo importante es el establecimiento de los principios sobre los que se habrá de construir una nueva constitución, la forja de instituciones que garanticen los derechos ciudadanos y de grupo, el acuerdo de reglas que no hagan depender la vigencia de las libertades del ánimo del gobernante en turno, por muy democrática que haya sido su elección.

Frente a la pregunta de si se podía ser tolerante con los intolerantes Hans Kelsen no dudó en afirmar que en democracia así debía ser, que la manutención y defensa de un régimen que no puede soportar la crítica de sus principios no vale la pena. La intolerancia, la discriminación y el fanatismo político debe ser combatido pero no con la proscripción y el encierro, el racionalismo no puede recurrir al acallamiento de las voces. Exhibir la sinrazón es un camino más arduo, desde luego, pero si no se está dispuesto a recorrerlo nada diferenciaría un sistema político democrático de una simulación autoritaria, a pesar de que existan muchos que no lo comprendan o que, comprendiéndolo, se niegan a aceptarlo.

El pluralismo es una creencia de valor, presupone e implica tolerancia. La libertad política implica una coexistencia y empatía de nuestra libertad con la de otras sociedades y, en congruencia, una resistencia a avalar la falta de libertad, en donde quiera que se encuentre. La democracia y los demócratas confían en los ciudadanos, la juventud egipcia ha mostrado a un grupo amplio de personas que quieren ser ciudadanos, por ello merecen nuestro respaldo sin condiciones.

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