Morgan Freeman, cuya autoridad, hay que reconocerlo, no se localiza en el ámbito de la política sino en el de la actuación, pone, no obstante, el dedo en la llaga al afirmar que una de las grandes motivaciones de movimiento del Tea Party en Estados Unidos puede encontrarse en prejuicios racistas:
Their stated policy, publicly stated, is to do whatever it takes to
see to it that Obama only serves one term... What’s,
what does that, what underlines that? 'Screw the country. We’re going to
whatever we do to get this black man, we can, we’re going to do
whatever we can to get this black man outta here... it's a racist thing.
Cuando las motivaciones en política no obedecen a la lucha por lograr resultados materializables en metas a aspiraciones sociales, sino más bien en la obstrucción y en la oposición resultado de la exhaltación de fobias, el panorama se vuele sombrío y enfrenta a la sociedad americana, ante el espejo, con un reflejo que la incomoda:
Well, it just shows the weak, dark, underside of America... We’re supposed to be better than that. We really are. That’s, that’s
why all those people were in tears when Obama was elected president.
“Ah, look at what we are. Look at how, this is America.” You know? And
then it just sort of started turning because these people surfaced like
stirring up muddy water.
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