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martes, mayo 24, 2011

Constitución, política y modernidad


Creo que podríamos decir que Garret Epps adopta la visión que ve al derecho, y en particular a los textos constitucionales, como una especie de tratado de paz, cuyo desarrollo discursivo e interpretación sustituye el empleo de las armas en los conflictos sociales, lo cual, no obstante, da lugar a que surjan verdaderas mitologías constitucionales, especialmente en tiempos de cambio:
Constitutional argumentation is a means Americans employ to keep from killing each other. Ridiculous claims about the Constitution, then, may often be a sign of political health rather than sickness... So it's not surprising that, as we lurch toward summer, the national air is filled with claims about the "plain meaning" and "clear intent" of the Constitution; it's also not surprising that the "plain meaning" asserted isn't usually to be found in the actual text, and the "clear intent" supported often has no foundation in the actual history.
Epps denuncia en The Atlantic la utilización del recurso a las supuestas intenciones originales de los creadores de los textos constoitucionales como una elaboración sin fundamento histórico de la retórica conservadora que trata de nulificar el avance social:
... the current far-right campaign is aimed at an even broader target: it seeks to convince us that the Constitution somehow forbids the United States from becoming a modern nation-state, with an integrated economy, a rational health-care system, a unified national citizenship, an open electoral process, and a system of bedrock civil and political rights.
Frente a la obsolecencia y arcaismo inevitable en los textos constitucionales, y la necedad de los legos en la materia a recurrrir a la literalidad como única razón argumentativa (precisamente el más póbre de los métodos de interpretación), aderezada con "adivinanzas" interesadas sobre lo que "pensaron" los autores de los textos, algo más interesante que podrían hacer los estudiosos de la constitución, en vez de recitar textos y completarlos con "arqueología" defectuosa, sería el señalamiento preciso de los principios constitucionales, el estudio de lo adecuado o defectuoso que ha sido su desarrollo por la legislación y hacer ejercicios de ponderación en caso de que compitan dichos principios entre sí, tomando en cuenta, como base, las argumentaciones constitucionales exitosas y las sentencias de los tribunales constitucionales y de derechos humanos que han tratado de resolver problemas que inciden en la vida de las personas de nuestros días. Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en este artículo de Ana Tovar en Nexos.

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