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jueves, agosto 11, 2011

En defensa de la filosofía y las humanidades


Un grupo de académicos e intelectuales consideró necesario enviar la carta que se transcribe a las autoridades de nuestro país, como reclamo a cambios en los planes de estudios. La carta recibe adhesiones crecientes y la he visto replicada en sitios especializados de otras partes del mundo.

Lic. Felipe Calderón Hinojosa.
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Mtro. Alonso Lujambio.
Secretario de Educación Pública.
Comisiones de educación de la Cámara de Diputados y Senadores de la República Mexicana.
La filosofía es y ha sido desde su origen una conciencia crítica de la sociedad fundada en la argumentación, la racionalidad y la búsqueda de un mundo en el que impere la justicia. Su enseñanza ha permitido históricamente que tanto la sociedad como el individuo sean más conscientes y libres.
Nuestro país requiere de una educación basada en la reflexión sobre los actos y normas morales (que sólo proporciona la Ética), en la organización consistente de nuestros pensamientos y la coherencia de nuestras argumentaciones (Lógica), en el cultivo de las formas de la sensibilidad y enjuiciamiento mostradas en las artes y la literatura (Estética) y en el cultivo del diálogo y el respeto a las razones del otro (que es uno de los cometidos de una Introducción a la Filosofía). La filosofía permite que se tenga una mejor comprensión cultural de la nación de la que se forma parte.
A nadie escapa que nuestra sociedad se encuentra en crisis y requiere de soluciones urgentes y a largo plazo. Nuestra juventud es el sector más sensible porque atraviesa un momento de su existencia en que organizará su autocomprensión del mundo y fundamentará los valores que guiarán su acción futura. Por todo lo anterior, no se puede aceptar que se prive a nadie —en especial a quienes se encuentran cursando la Educación Media Superior—de los bienes de una enseñanza filosófica tal y como lo está haciendo la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), desde que fue iniciada por el gobierno hace ya dos años y medio.
Tampoco se puede aceptar que un Acuerdo (el 488) que fue producto de nuestro reclamo y que implicó la restitución del Área de Humanidades así como la reivindicación de las disciplinas filosóficas mencionadas como básicas y obligatorias, pretenda ser anulado mediante argumentos sofísticos. Agreguemos que dicho Acuerdo fue aceptado en forma unánime por las autoridades educativas del país (22/05/09) y publicado en el Diario Oficial de la Federación (23/06/09).
Lo primero que está en el orden del día es la necesidad de la enseñanza de la filosofía mediante cursos íntegros que lleven sus nombres clásicos; impliquen contenidos adecuados y sean impartidos por personas formadas en nuestra profesión, independientemente del método con el cual se enseñen. No aceptamos, por ningún motivo, que se elimine, disminuya, disfrace o distorsione la enseñanza de la filosofía y reiteramos por ello a las autoridades educativas del país nuestra enfática negativa a que esto ocurra.
Las autoridades no pueden poner oídos sordos, como lo han hecho hasta ahora, a una enérgica demanda de la comunidad filosófica, científica y humanística, nacional e internacional, y menos incumplir los acuerdos que se han suscrito si es que en verdad nos encontramos en un Estado de Derecho.
Nuestro país requiere una educación sólida que implique una integración equilibrada de la técnica, la ciencia y las humanidades para lograr que los jóvenes se preparen adecuadamente para los retos del futuro y al margen de la violencia que hoy nos embate por doquier. Esperamos su respuesta.

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