Recent Posts

domingo, septiembre 06, 2009

De franceses y americanos

Aprovechando el natalicio de Lafayette, hacemos algunos comentarios sobre las simpáticas relaciones entre los ciudadanos franceses y sus correlativos estadounidenses. Resulta curioso cómo a pesar de tanta identificación ideológica entre los franceses y los padres fundadores de Estados Unidos, lo que se puede atestiguar en los textos constitucionales y declaraciones de derechos de ambas naciones, la estatua de la libertad y la existencia de héroes comunes, en ambos países se reconoce como cierta la afirmación de que sus pueblos pudieran tener entre sí un trato más amigable.

Es proverbial el consejo que los franceses dan a los mexicanos en el sentido de que es mucho mejor hablar en español que en inglés cuando se visite su país. Quien observe las discusiones políticas en la televisión de Estados Unidos se percatará de cierto dejo de mofa sobre las disquisiciones francesas. Se aducen algunas razones para este desdeño recíproco: por un lado, a los estadounidenses se les critica de bobos e incultos; es notorio el parroquialismo de los círculos intelectuales y académicos que aún creen en una especie de excepcionalidad norteamericana, que no es otra cosa que prepotencia, flojera e inclusive en ciertos casos intolerancia; la falta de modales elegantes y forma de vestir poco refinada, y la pretendida ambición desbordada por obtener dinero frente a lo cual cualquier otro tipo de consideración humana resulta secundaria; por otro lado, a los franceses se achaca la mundialmente famosa pesadez y arrogancia de los parisinos; la falta de sentido práctico y la inclinación de sus intelectuales por hacer difícil y abstracta cualquier tipo de cuestión, sin ningún tipo de piedad por la comprobación; su ingratitud en asuntos de política exterior a pesar de haber sido liberados de los nazis en la segunda guerra mundial; su higiene y aromas personales, en fin. Creo que gran parte de estas, y otro tipo de ideas semejantes que dicen justificar la malquerencia franco-americana, tienen mucho de mito y exageración.

Los franceses, no obstante, tienen varios puntos a su favor en estos últimos años, a decir de Bill Maher, quien a pesar de que gusta presentarse como un comediante, es uno de los más inteligentes y mordaces críticos sociales en Estados Unidos. Al fundar su aseveración, su ironía arrasa con la mojigatería de su país, que es el blanco al que apunta con sus afilados dardos.

0 comentarios:

Publicar un comentario