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jueves, noviembre 19, 2009

La rosa de Paracelso

Una obra puede representar distintas cosas para un lector, dependiendo de los tiempos en que la lee o los puntos de vista desde que la observa, adicionalmente, para lectores diversos el mensaje puede diferir por tratarse de sensibilidades y contextos muy variados. Acorde con lo dicho, pueden llegar a darse infinidad de interpetaciones que el autor del texto no hubiera imaginado. La Rosa de Paracelso es un cuento de Jorge Luis Borges, en la colección denominada La Memoría de Shakespeare, que se refiere a un mago y a un inquieto prospecto de aprendiz. Enfocado desde la perspectiva del aprendiz es una lección cuyo mensaje parece dirigido a los faltos de fé o quizá a los que llevan mucha prisa y por ello no cosechan, por impacientes, el fruto que es el objeto de sus deseos. Quizá quiere transmitir la moraleja de que no cualquiera tiene derecho a acceder a ciertas cosas sublimes por falta de preparación, por falencias de su carácter o, porque simplemente, aun no es su tiempo.

Quisiera ubicarme, sin embargo, en la perspectiva del alquimista Paracelso, que añora, sin éxito, por un discípulo y cuando finalmente aparece un impetuoso pero escéptico prospecto éste finalmente lo rechaza al considerar que en realidad no hay algo que aprender del mago, lo menosprecia y se aleja dándole la vuelta como a un charlatán; al final, Paracelso, en la soledad, muestra que a pesar de las dudas de los nuevos tiempos que lo condenan a la obsolecencia y al olvido aún puede realizar fenómenos prodigiosos bajo la seducción de sus sortilegios. Desde este enfoque La Rosa de Paracelso es una bella historia sobre la perseverancia y la valoración personal o autoestima, a pesar de la opinión desfavorable de los demás, de las adversidades y de los desatinos del destino. Quien cree en sí mismo debe estar seguro que, como Paracelso, conservará su magia hasta el final de los tiempos.

Si no ha leido el cuento en cuestión hágalo, le llevará veinte minutos y se me ocurren muchas cosas peores con las cuales desperdiciar el tiempo que leer a Borges.

Nota: la fotografía se llama Rosa romántica, y es de trovany.

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