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sábado, mayo 22, 2010

Kentucky, we have a problem

Hay terminos cuya ambigüedad, aunada a su carga emotiva positiva, les permite ser utilizados en favor de las más diversas y contradictorias causas, uno de estos téminos es el de "libertad". Con fundamento en esta idea Rand Paul, candidato del partido republicano al senado por Kentucky, y estrella del momento del Tea Party, exige un rol más limitado del gobierno en los negocios privados y, en general, en la vida social; no obstante, Paul se vio en aprietos para contestar, en al menos ocho ocasiones, una pregunta muy sencilla: ¿tienen derecho los dueños de negocios que ofrecen servicios al público a discriminar? Puesto de otra manera: ¿el gobierno puede intervenir para asegurar que en restaurantes o escuelas se asegure la igualdad de acceso y atención a todo individuo, independientemente de su raza o condición?

La muy particular concepción de Paul respecto a la libertad lo coloca en la incómoda posición de no poder hacer una crítica al respecto más allá de señalar que se trataría de una mala decisión de negocios, pero a afirmar sin pestañear que la intervención de la organización política en estos casos atentaría contra la libertad de pensamiento y expresión. ¿Y los derechos de igualdad? Para Paul, que no repara en la lucha por los derechos civiles de los sesentas, y los costos que requirió en términos de polarización social, se trata de un problema de convicciones de índole privada que la educación debe resolver y el gobierno, mientras tanto, tolerar. Si bien no podríamos acusar a Paul de discriminador, en al menos un exceso de ingenuidad omite observar que el ejercicio de las libertades y derechos que distinguen a una sociedad democrática se encuentra amenazado en nuestros días por las corporaciones privadas y la intolerancia tanto como por los gobiernos.

El proceso electoral de Kentucky pone en evidencia al menos los siguientes problemas:
  • Para Rand Paul: si las tesis filosoficas que defiende y su discurso político le hacen atractivo a personas que simpatizan con prácticas que repetidamente ha señalado que abomina, como la segregación racial, algo está mal en la filosofia y en el discurso.
  • Para el partido republicano: si los grupos que están galvanizando a la organización vienen acompañados por simpatizantes con tesis impresentables desde un punto de vista moral, ¿cual es la razón de esta asociación?, ¿es suficiente justificación para colocar temporalmente un velo sobre los principios el reconocimiento de un adversario político común?
  • Para el sistema político americano: al establecer la postura del gobierno, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que no debe haber un lugar para este tipo de discusiones en la política americana en 2010, no obstante, existen muchas posibilidades de que el representante de las posiciones que han dado lugar a la discusión en noviembre se encuentre en el Senado, mirándolo de frente.

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