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domingo, enero 02, 2011

Sociedad abierta y nuevo orden mundial

George Soros ocupó en 2010 el sitio 35 en la lista de billonarios de Forbes, con 14, 200 millones de dólares. Soros adquirió fama (y fortuna) por una movida financiera que reforzó la devaluación de la libra esterlina en 1992, algo que incluso le valió ser conocido como "el hombre que quebró el banco de Inglaterra". Actualmente, sin embargo, su nombre se ha convertido en una especie de sinónimo del término filantropía debido a que ha donado millones de dólares de su fortuna a causas nobles, en especial, es de resaltar su donación de cien millones de dólares a Human Rights Watch, con el objetivo, de conformidad con el donante, de hacerla una organización verdaderamente de alcance internacional, toda vez que según su perspectiva Estados Unidos ha perdido autoridad moral para defender los derechos humanos en el mundo y se requiere al respecto un debate en el que participen todas las voces.

Expone la necesidad de constituir un Nuevo Orden Mundial, se refiere con ello a un diseño estructural alternativo para la economía planetaria; afirma que el sistema financiero internacional está quebrado por lo que es importante rearmarlo para que goce de una mayor estabilidad, con una divisa mundial que sustituya al dolar y en el cual China necesariamente habrá de ocupar un papel relevante.

Soros, que en muchas de sus ponencias desarrolla el concepto "sociedad abierta", en el sentido utilizado originalmente por Karl Popper, lo emplea en el video que se adjunta para señalar de qué manera tal tipo ideal de sociedad se ve amenazada también por un tipo de fundamentalismo que muchas veces se esconde bajo las faldas de un supuesto discurso "libertario", pero que cada vez más se está evidenciando como una ideología conservadora que de manera descarada apoya, sobre todo en Estados Unidos, campañas electorales basadas en propaganda negativa que presenta cualquier intervención del estado en la economía como una abominable amenaza a la libertad (entendida la idea de una manera bastante silvestre), que dice defender un patriotismo cuya connotación se agota en un retorno a las viejas constumbres e instituciones, y que propugna una política internacional que tiene que partir de la adherencia de las naciones a las directrices incuestionables de Estados Unidos, y no tanto en el multilateralismo. Me refiero al fundamentalismo de mercado.



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