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sábado, noviembre 06, 2010

Primeras impresiones


¿Un nuevo giro de timón en la política de Estados Unidos? no lo creo, más bien impaciencia, desilusión y sí, mucho más radicalismo y polarización. Estados Unidos demostró en las elecciones presidenciales que los ejes que aglutinan el voto han cambiado pero quienes se aferran al pasado, sobre todo en un ambiente de baja participación ciudadana, son capaces de tirar potentísimas patadas de ahogado. Barack Obama se descuidó, soberbio, demostró poco interés en lo electoral, su reacción fue tardía como tibio su impulso a las reformas más preciadas de la coalición electoral que lo encumbró.

En las elecciones de medio turno participó en promedio un votante de mayor edad y conservador que en las presidenciales. Los republicanos se llevaron de manera contundente los suburbios acomodados y las zonas rurales, son los reyes del voto masculino blanco y del voto adulto. 25% del total de los votantes en esta elección fueron de 65 o más años de edad. Sólo 10% fueron jovenes con una edad entre 18 y 29 años, en las presidenciales este segmento representó el 18% del total de participantes. 60% de los votantes blancos lo hicieron por el partido republicano, mismo porcentaje del voto de los que se identificaron como católicos. Las mujeres se inclinaron ligeramente por los demócratas 49 contra 48%, lo que constituye el mejor desempeño de los republicanos en ese sector desde 1982. Obama ganó este segmento por 13 puntos en las presidenciales. ¿Se mantendrá esta tendencia en las elecciones presidenciales de 2012 para resistir el voto joven, negro y latino que se inclina ampliamente por el partido demócrata?

Las siguientes son nuestras primeras impresiones en relacion con el recién concluido proceso electoral:

1. Las preocupaciones de los votantes son principalmente económicas. La inmensa mayoría dice que la economía no está bien, percepción que se mantiene desde las elecciones presidenciales (85% hace dos años, 92% ahora). La tasa de desempleo es del 10%, no obstante, el país se encuentra dividido respecto de cuáles consideran ser las mejores políticas económicas para salir de la crisis económica, como bien lo señala Andrew Sullivan.
Spending priorities: 40% deficit-reduction, 35% "spending to create jobs," 19% cutting taxes. So this election found a 54 - 40 majority for more economic stimulus, via more tax cuts and more government spending. And yet on the surface, this was allegedly about restraining the power of government. Go figure.
2. Fue una campaña con perfil nacional, a pesar de las numerosas gubernaturas en juego. Sarah Palin no contendió por un puesto de elección popular y, sin embargo, fue uno de los referentes, lo mismo que el presidente Obama y la lider demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. El tema dominante fue la agenda legislativa, en particular la reforma del sistema de salud.

3. Se presentaron ingredientes adicionales, de carácter cultural, que no fueron notorios en el caso de las eleccionas intermedias de Bill Clinton: una reacción foribunda por proteger una idealización de la sociedad estadounidense que ya no existe, pero cuyos dolientes participan más en las elecciones. El adversario de esta idílica sociedad perdida se ha personalizado en el presidente de raza negra y de nombre musulmán, precisamente el hombre cuya llegada a la presidencia indica que Estados Unidos ha cambiado. De allí la identificación y realc del verdadero adversario en los mensajes, la reforma de salud se personaliza llamándola "Obamacare" y hay que dejarla sin fondos, hacerla inoperante, razonan los estrategas republicanos. Para algunos lo más importante, dejando de lado la agenda, simplemente es que Obama sólo sirva un término en la presidencia. Algunos sectores más a la derecha lanzaron una campaña, soterrada, más exitosa de lo que en un principio cabría esperar, para persuadir a muchos que la pareja que habita en la Casa Blanca no son lo suficientemenete "americanos", son "socialistas", liberales extremistas, "gente diferente".

4. No parecen atisbarse condiciones para un trabajo de colaboración bipartidista el resto de la gestión Obama. Son muchos entre los vencedores de las elecciones que tienen una manera de pensar semejante a lo siguiente:
Here is an ironclad certainty: It's too little, too late for the antagonist-in-chief to paper over two years of relentless Democratic incivility and hate toward his domestic 'enemies.' ... Let us be clear, in case it hasn’t fully sunk into the minds of Obama and the trash-talking Democrats yet: You can take your faux olive branch and shove it. Thank you.
Los triunfadores han sido muy rápidos para interpretar el resultado como un mandato de la gente a la nueva mayoría en la cámara de representantes pero es muy posible que no hayan aprendido de la historia y repitan el error que tuvieron despues de las elecciones intermedias con Bill Clinton, en las que  el partido republicano se apoderó de la mayoría legislativa de manera semejante. Los motivos fueron otros. El ciudadano común tiene un 43% de opinión favorable del partido demócrata contra una opinión negativa del 52, pero el partido que acaba de lograr la mayoria en  la Cámara de Representantes, y que hace cuentas alegres, presenta los siguientes números de aceptación: 41% de opinión favorable y 53% de opinión negativa. ¿Ganaron los repúblicanos las elecciones o se encargó de perderlas Obama?

El grito de guerra conservador es acabar con el gobierno que gasta, se cuidan muy bien de decir qué programas recortarían y de qué manera lo instrumentarían. Sobre este punto los votantes no parecen estar de acuerdo una vez que se delinean las opciones como para hablar de mandatos ciudadanos. El movimiento del Tea Party cada vez más parece el retorno, con nueva presentación, de ideas viejas pero con apariencia fresca de rebeldía lo que le hace sumar adeptos entre los desilucionados con ganas de participar y entre los que se sienten más amenazados por el cambio demográfico y por la evolución de la moral positiva.  Parece un regreso de lo que se conoció como "reaganomics" unido a un discurso de respeto a la tradicion y a la sabiduría, interpretada en clave conservadora, de los padres fundadores. La nueva mayoría se define como socialmente conservadora y está dispuesta a revivir viejas batallas como la de oposición al aborto, a cualquier tipo de uso de la mariguana y a exigir una estricta interpretación exegética de la Constitución. Jefferson no soportaría escuchar lo que se dice o defiende en su nombre.

5 . La sombra del apoyo de potentados a través de redes y donaciones se proyecta sobre la política electoral estadounidense, sobre todo a partir de la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia a este respecto. Se han difundido como hongos organizaciones con rótulos alusivos a la libertad y al patriotisno pero que no son muy explícitos en relación con las poderosas corporaciones que los patrocinan. Más de cien millones de dólares fueron inyectados a las campañas políticas de parte de donantes desconocidos. Otra organización, en este caso televisiva, patrocinada por uno de los más grandes billonarios de Estados Unidos, Fox News, es un protagonista indicutible en el convencimiento de adherentes a las causas más conservadoras, y con quien la cúpula del partido republicano más ortodoxa tiene que entendérselas, por más disparatados que sean los discursos de los "comentaristas" políticos estrellas de dicha cadena, que además está sirviendo de plataforma de lanzamiento a nivel nacional para algunas de las figuras más conocidas y polémicas del partido.

6. Ante la actitud remisa de Barack Obama, los demócratas se quedaron sin una figura eje que la hiciera de animador de las causas liberales. Mientras el partido republicano fue contagiado del entusiasmo, así sea acompañado de un discurso a veces primitivo, del Tea Party, los demócratas esuvieron la mayoría del tiempo a la defensiva. Por cierto, el Tea Party no parece ser que se constitiirá en un aliado sumiso del partido republicano, junto con sus patrocinadores parecen más bien dispuestos a rebasarlo por la derecha, como se percibe por el anuncio de la constitución de el congreso de un "Tea Party Caucus", con actividades paralelas pero diferenciadas de las de los republicanos tradicionales. Como ejemplo tenemos la declaración de David Adams: "If Republican leaders think for a minute that they’re going to suck us in and continue business as usual... they’re wrong.

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