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viernes, octubre 01, 2010

Crónicas de lo irracional


La estupidez tiene nombre: Glenn Beck. No puede ser otra la conclusión después de leer la nota de Dana Milbank en el Washington Post sobre los ejercicios de pseudohistoria, fobias, obsesiones y el maniqueismo político del popular conductor de FOX News para apuntalar su radical cruzada contra Barack Obama y cualquier manifestación de pensamiento que llegue a considerar contenedora de la mínima pizca de ideología "liberal", "socialista" o "progresista". Una síntesis de lo que expone se puede observar en el video que se adjunta.

¿Porqué entonces tiene tantos seguidores? Quizá porque la estupidez es popular, como decía Borges, o, al menos, la ignorancia y los prejuicios, tierra fértil en la lucha política a la que acuden a pastar aquellos que adolecen de argumentaciones con algún asidero en la realidad e inclusive algunos que teniéndolas, prefieren callar y dejar pasar la ola irracional en la medida que resulte conveniente a sus intereses, bajo la premisa vulgar de que "el enemigo de mi enemigo es mi amigo". Si el oleaje se lleva de paso la cultura política democrática, las libertades y la empatía que posibilita la existencia de una sociedad abierta pues ni modo, pareciera que se consideran "daños colaterales", accesorios a lo principal que es el ascenso al poder.

Tristemente, el de Beck no es, ni por mucho, el único caso de agitación oscurantista en las discusiones de los asuntos relevantes de Estados Unidos, Europa, America y el resto del planeta.

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