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lunes, septiembre 20, 2010

En busca de Calafia


Garci Ordóñez de Montalvo, en Las Sergas del muy esforzado caballero Esplandián, hijo del Excelente Rey Amadis de Gaula, nos da la siguiente noticia del imperio de la legendaria reina Calafia, implacable guerrera y considerada en su época como la más bella entre todas las mujeres:
Sabed que a la diestra mano de las Indias existe una isla llamada California muy cerca de un costado del Paraíso Terrenal; y estaba poblada por mujeres negras, sin que existiera allí un hombre, pues vivían a la manera de las amazonas. Eran de bellos y robustos cuerpos, fogoso valor y gran fuerza. Su isla era la más fuerte de todo el mundo, con sus escarpados farallones y sus pétreas costas. Sus armas eran todas de oro y del mismo metal eran los arneses de las bestias salvajes que ellas acostumbraban domar para montarlas, porque en toda la isla no había otro metal que el oro.
Esta leyenda, quizá de raices árabes, prendió el frenesí de los conquistadores españoles por explorar el noroeste del continente al recibir informes de la existencia de una enorme isla frente a las costas de lo que ahora es Colima. California, como habría de ser llamada la península, resultaría no ser una isla, ni estar habitada por amazonas adornadas con oro y perlas y, sin embargo, sigue causando una fascinación que anima a aventureros enamorados a emprender largos y peligrosos viajes a efecto de deleitarse con sus encantos. Viene a la mente el caso de Fernando Jordan, autor del bello libro El otro México, quien se quedaría a vivir el resto de su vida en La Paz. Entre los sandieguinos amantes del excursionismo es una leyenda viviente Graham Mackintosh, que ha dedicado su vida, según sus palabras, a "explorar el espíritu de Baja California" y ha escrito tres libros en los que cuenta sus aventuras por el antiguo reino de Calafia.

El último de ellos es Mike Younghusband, quien a sus 61 años ha decidido que no puede dejar de existir sin haber acometido la empresa de recorrer de norte a sur la península, caminando desde Tecate hasta Cabo San Lucas, acompañado de un burro, llamado Don Key y de dos perros, Max y Rusty, lo que calcula le llevará aproximadamente seis meses, para lo cual lleva un año de preparaciones.


Además de la sed de aventura y conquista, cual Cortés contemporáneo, Mike quiere transmitir a sus conciudadanos la convicción de que la idea de una Baja California reducida a la inseguridad y violencia es un mito: 
"One of the things I’m hoping will happen is that American citizens who live in San Diego and other border communities will see, if I get enough exposure, that Baja isn’t as dangerous as many think it is... Baja is full of the nicest, friendliest kindest people you’ll ever meet, and I run into them all the time on my drives and walks there."
Ojalá que el espíritu de la bella Calafia proporcione fortuna a Mike, Don Key, Max y Rusty en su largo viaje, para que puedan superar los desafíos que el mismo implica.
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